Desde tiempos inmemoriales,
cuando la historia no era más que un impreciso
esbozo narrado por los victoriosos, hemos existido los Bardos:
narradores, cronistas y poetas; artistas, juglares y trovadores;
tejedores de sueños que recogían mitos y leyendas,
de las canciones ancestrales, de los evanescentes sortilegios,
del arrullo del tempestuoso mar o del canto de las ninfas del bosque,
para transmitirlos durante generaciones entre aquellos
que nos quisieran escuchar, sumidos en un embrujado deleite.

Y es ahora, en esta Era donde la magia se diluye
junto con la esperanza de las gentes,
cuando nuestro pulso ha de redactar con renovada pasión
y nuestra voz resonar más allá de los sueños
.

Toma asiento y escucha con atención.

Siempre habrá un cuento que narrar.

lunes, 8 de marzo de 2010

Vivir

Bienvenido, yo soy la vida,
puedo ser cruel a veces,
pero esa no es mi intención
pues también soy compasiva.
Me aliaré con el tiempo
y te dejaré crecer
hasta que llegues a viejo,
pero en ese largo camino
me llevaré a tus seres queridos.
Lo siento, no es mi intención
puedo parecer mezquina
pero también te compensaré
con multitud de alegrías.
Yo no decido tu suerte,
ese es mi amigo, el destino;
que te traerá problemas,
pero nunca te rindas,
no merece la pena.
Lucha, lucha y se fuerte
supérate día a día y busca,
busca aquello que deseas.
Yo te daré la oportunidad
amor, risas, amistad; un te quiero,
la verdadera felicidad.
Y al final llegará el momento
tendré que despedirme,
te ruego que me perdones,
espero que hayas disfrutado
y solo me queda decir:
Ha sido un placer, encantado.



Bueno, esto podría ser un resumén muy breve de lo que puede ser la vida. Porque no es solo un camino más que tengamos que recorrer; es, ni más ni menos que aquello por lo que algún día seremos recordados. Y no tiene excesiva importancia el tiempo que vivamos, pues el tiempo es relativo, como todo en este mundo; lo verdaderamente importante es buscar, a cada momento la utopía de la felicidad... vivir pensando que de una forma u otra tenemos que morir, para así aprovechar cada instante que se nos ofrece como si fuera el último. Nacer y morir, reir y llorar, amar y odiar, alegrarse y entristezerse, pensar, actuar, sentir, equivocarse, fallar, tener miedo, superarse, caerse, levantarse y seguir caminando; para finalmente llegar a nuestro destino, mirar hacia atrás y saber que hemos vivido

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