Era otra noche cualquiera de insomnio. Hacía unas horas que había leído un mantra: “Quien mira hacia afuera sueña; quien mira hacia adentro despierta”. No necesitaba más razones para volver a intentar dormirse. Así que encendió la lámpara de su escritorio y empezó a escribirle a esa mortecina luz que alumbraba, y que paradójicamente se parecía a la inspiración que sentía. No estaba del todo iluminado, pero no lo necesitaba para brillar dentro de su propia habitación. Nadie más le vería. Abrió el portátil, como aquel que abre el arcón de un tesoro y se lo encuentra vacío, y empezó a escribir.

Era una de esas mujeres de palabra a la que un escritor podía encadenarse como si no hubiera nada digno de escribirse más allá de lo que ella significaba. Era una de esas personas que sólo tenía que sonreír para hacer mejores los poemas. Los que aún no existían pero existirían, aunque supiera que no iban a ser siempre los suyos. Pero no era un buen lugar para encerrarse. No lo era, porque ella sólo tenía sentido cuando se escapaba. Y a Ella la encontraba cuando miraba de soslayo hacia adentro, pero tenía la mirada puesta lejos, mucho más lejos que en el afuera. Viajaba. Ella estaba despierta, y aun así soñaba.
“Entonces ya sé lo que soy yo”, escribí.
Soy un intronauta. Camino mirando al cielo, pero sin dar un paso, y ya no recuerdo lo que es el horizonte. Viajo hacia adentro de mí mismo. Voy de día en día, como de estación en estación, en el tren de mi cuerpo, asomado a las calles y a las plazas, a los gestos y a los rostros, siempre iguales y siempre diferentes. Si te escribo, viajo. Si te imagino, viajo. Si tú viajas, viajo. ¿Pero viajo de verdad? Todo viaje es un viaje hacia uno mismo, vayas a donde vayas, estés donde estés. Pero para viajar hay que ir, hay que estar. Viajar es tener tu propio mantra: “Quien mira hacia adentro sueña, con poder mirar hacia afuera y despertar.”
Viajar es no tener cadenas.
Nunca pensé que las tuviera, hasta este año 2018, un 23 de diciembre, a las 4.45 de la madrugada.
Guarda tú estas cadenas rotas.