Hay noches y noches. Diferentes tipos de silencio, del tenue susurro al vacío absoluto de sonido. Oscuridades que ciegan toda luz posible, luces que derriban la oscuridad hasta el blanco inmoculado. Tanto vacío como tanto hueco o agujero que queda atrás, o que todavía no se ha recorrido.
El rostro del mundo se desfigura, en una mueca imperceptible, siguiendo mis pasos de regreso que recorren sus rasgos, uno detrás de otro, uniformes, acompasados en su desdén. Alcanzo todos los silencios, todas las oscuridades, todos los vacíos cuando la noche me alcanza, y me sume en su manto, una vez más, acogido por su fruncimiento.
Seas quien seas, estés donde estés, ni siquiera sé si te estoy buscando. Ni siquiera sé si sé buscarte, si quiero buscarte, si debo buscarte. No sé si te conozco, no sé si te perdí para siempre, no sé si acabas de aparecer.
No sé si serás quién comparta los silencios, y deslice susurros en sus adentros, no sé si lo fuiste, si pudiste transformar mi oscuridad. Muchas veces, disecciono mis pensamientos, mis recuerdos, mis esperanzas. Presente, pasado y futuro. Te busco, una figura, un reflejo. ¿Un desliz, un acierto, un error?
Seas quien seas, estés donde estés, sé que existes. Sé que crearás fuego. Sé que crearás dragones, que nada importará, porque hubo un momento en el que no importó, porque en lo que realmente importa... ya no importa.
Quizás seas el reflejo que en ocasiones acierto a ver en mi espejo, que me devuelve burlón. Ese reflejo siempre será el todo... pero creo que seas quién seas, podrías ser la parte.
No es que todo esté mal. No lo está. Pero los tristes caminos de regreso en la soledad vacía, oscura y silenciosa de la noche, apelan a ese pensamiento, a ese recuerdo... o quizás a esa esperanza. Gritan, a veces desesperados, casi siempre confusos; voces que en momentos de lucidez como más o menos es éste, creo comprender.
Seas quien seas, estés donde estés, comparte mi silencio con una palabra. Comparte mi mirada. Seas un recuerdo, seas mi realidad, no seas tristeza. No seas más melancolía.
Sé nuevo viento y brisa nueva. Sé una pregunta, y cualquier tipo de respuesta. No el punto, sólo la coma. Sé incertidumbre, sé azar. Dibuja unas alas en tu espalda, todo vale, todo está permitido. Puedes ser felicidad.
Seas quien seas, estés donde estés... aparece y ¡vuela!
El rostro del mundo se desfigura, en una mueca imperceptible, siguiendo mis pasos de regreso que recorren sus rasgos, uno detrás de otro, uniformes, acompasados en su desdén. Alcanzo todos los silencios, todas las oscuridades, todos los vacíos cuando la noche me alcanza, y me sume en su manto, una vez más, acogido por su fruncimiento.
Seas quien seas, estés donde estés, ni siquiera sé si te estoy buscando. Ni siquiera sé si sé buscarte, si quiero buscarte, si debo buscarte. No sé si te conozco, no sé si te perdí para siempre, no sé si acabas de aparecer.
No sé si serás quién comparta los silencios, y deslice susurros en sus adentros, no sé si lo fuiste, si pudiste transformar mi oscuridad. Muchas veces, disecciono mis pensamientos, mis recuerdos, mis esperanzas. Presente, pasado y futuro. Te busco, una figura, un reflejo. ¿Un desliz, un acierto, un error?
Seas quien seas, estés donde estés, sé que existes. Sé que crearás fuego. Sé que crearás dragones, que nada importará, porque hubo un momento en el que no importó, porque en lo que realmente importa... ya no importa.
Quizás seas el reflejo que en ocasiones acierto a ver en mi espejo, que me devuelve burlón. Ese reflejo siempre será el todo... pero creo que seas quién seas, podrías ser la parte.
No es que todo esté mal. No lo está. Pero los tristes caminos de regreso en la soledad vacía, oscura y silenciosa de la noche, apelan a ese pensamiento, a ese recuerdo... o quizás a esa esperanza. Gritan, a veces desesperados, casi siempre confusos; voces que en momentos de lucidez como más o menos es éste, creo comprender.
Seas quien seas, estés donde estés, comparte mi silencio con una palabra. Comparte mi mirada. Seas un recuerdo, seas mi realidad, no seas tristeza. No seas más melancolía.
Sé nuevo viento y brisa nueva. Sé una pregunta, y cualquier tipo de respuesta. No el punto, sólo la coma. Sé incertidumbre, sé azar. Dibuja unas alas en tu espalda, todo vale, todo está permitido. Puedes ser felicidad.
Seas quien seas, estés donde estés... aparece y ¡vuela!
4 comentarios:
Me ha encantado lo que has escrito, aunque creo que el final al menos para mi, seria mas acertado si fuera asi:
Seas quien seas, estés donde estés... ¡vuela!
Gracias por comentar. Lo tendré en cuenta, y entiendo por qué lo dices, pero para mí, en estos momentos tiene más sentido así.
Un saludo.
Precioso texto. ¿Precioso? Precioso, alentador e inspirador.
Thanks. ;)
Me ha encantado...
estaba buscando el video de Gasol que dice exactamente este mismo titulo...
y me di con este susurro del alma...
me ha encantado y mucho. con tu permiso lo copio y lo guardo.
thanks a lot
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