- ¿Y por qué está muriendo entonces...?
- Porque los humanos están perdiendo sus esperanzas y olvidando a sus sueños. Así es como la Nada se vuelve más fuerte.
- ¿Qué es la Nada?
- Es el vacío que queda, la desolación que destruye este mundo y mi encomienda es ayudar a la Nada.
- ¿Por qué?
- Porque el humano sin esperanzas es fácil de controlar y aquél que tenga el control, tendrá el Poder.
Pero eso no importaba, sólo imaginaba, y en esas imaginaciones encontraba el consuelo que la vida se empeñaba en negarme o que yo mismo me negaba de la vida. Entre espejismos, ideales y quimeras fluctuaba, viajando a lomos del señor de los dragones a feudos de inagotable magia, en los que pináculos del cristal más resplandeciente sobresalían entre las interminables masas boscosas y los cristalinos riachuelos que se originaban en las cúspides de vestal nieve, donde moraban legendarias criaturas, héroes de ensueño, damas élficas de abjuradora belleza y terribles enemigos que mantenían una maniquea balanza a perpetuidad.
No obstante, la grandeza de Fantasía reside en su infinita versatilidad, pues este reino de ilusiones, con el paso de las estaciones, se tornó en unas tierras de profunda tiniebla, en la que los bosques de brillante esmeralda se convirtieron en oscuras y amenazadoras masas arbóreas de anciano robledal, de las cuales destacaba un escarpado acantilado que se asomaba hacia una indómita costa de violento oleaje, en el que se encaramaba un tétrico pero elegante palacio de amor primordial. Todo ello, a voluntad. Tan sólo tenía que desearlo. Simplemente debía imaginarlo. No precisaba más que cerrar mis ojos y que mi mente traspasara el velo que separa la realidad de la ficción, para restar en ella el tiempo que considerara oportuno…
Y puede que muchos sucumban, que se hundan sin remedio en su insomne monotonía, pero siempre habrá motivos para seguir soñando, para regresar a esas fantásticas tierras, en alternancia con una pretendida realidad en la que también podemos atrapar con nuestras manos la Fantasía y, con ella, la Felicidad. Ahora, he logrado aunar ambas realidades, sigo soñando y me siento más vivo que nunca. Mi imaginación se desborda cuando lo deseo y mis deseos se hacen realidad porque yo elijo que así sea.
Allá donde estés, Bastian, al que también conocen como Michael Ende, puedes estar tranquilo, porque yo, como muchos otros, hemos logrado someter a la Nada, ya sea con imaginación, con esperanzas o con sueños, pero sobre todo, con el ímpetu del corazón, que será siempre el de un niño.
… seguid imaginando y vivid, nunca os deis por vencidos.
2 comentarios:
Maravilloso!, me felicito por encontrar el momento justo para leerte. Me felicito porque no soy de felicitar cuando el talento es la esencia de la persona... tu entrada es maravillosa! muchas gracias por compartirla, un beso.
Yo tambien soy feliz desde hace tres meses, sabes que tus sueños son los mios. Nuestra historia es interminable.
Besitos.
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