Desde tiempos inmemoriales,
cuando la historia no era más que un impreciso
esbozo narrado por los victoriosos, hemos existido los Bardos:
narradores, cronistas y poetas; artistas, juglares y trovadores;
tejedores de sueños que recogían mitos y leyendas,
de las canciones ancestrales, de los evanescentes sortilegios,
del arrullo del tempestuoso mar o del canto de las ninfas del bosque,
para transmitirlos durante generaciones entre aquellos
que nos quisieran escuchar, sumidos en un embrujado deleite.

Y es ahora, en esta Era donde la magia se diluye
junto con la esperanza de las gentes,
cuando nuestro pulso ha de redactar con renovada pasión
y nuestra voz resonar más allá de los sueños
.

Toma asiento y escucha con atención.

Siempre habrá un cuento que narrar.

domingo, 3 de enero de 2010

2010, nuevo año, nuevas historias.

Bueno, hacía tiempo que no escribia, bien por falta de tiempo o bien por falta de inspiración; que más dá, el resultado al fin y al cabo es el mismo. Pero después de un largo periodo de inactividad, y gracias a una incitadora historia con un personaje principal muy peculiar, me ha entrado el gusanillo otra vez, y aqui me teneis, para bien o para mal, para aburrimiento o deleite... no sé, pero vuelvo a subir alguna cosilla al blog.

Y para que no quede muy sosa y falta de sustancia literaria esta entrada, pues os dejaré con unos versos, algo breve, aunque en ellos va plasmado todo mi sentimiento de romántico atormentado ("to Becker, jajajaja").



Me gustaría parar el tiempo
cuando se crucen nuestras miradas,
sentir que me estás amando
y que se lleve el viento las palabras,
palabras innecesarias.
Me gustaría sentir tu abrazo,
tu cuerpo fundido al mío
sin que nos importe nada
y olvidarnos del resto del mundo
olvidarnos de sus miradas.
Me gustaría sentir tus labios
acariciando mi piel,
y que se posen sobre los míos
y así poder llevarme
su dulce sabor a miel.
Quisiera guardarme todo aquello
que tuve estando a tu lado.
Lo siento, mi amor, te quiero,
pero ha llegado el momento
quisiera poder quedarme
pero no puedo,
no puedo porque me muero.
Ahora me tengo que marchar,
aunque me llevo tu recuerdo
y solo te pido una cosa,
que no me vengas a buscar.

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