Desde tiempos inmemoriales,
cuando la historia no era más que un impreciso
esbozo narrado por los victoriosos, hemos existido los Bardos:
narradores, cronistas y poetas; artistas, juglares y trovadores;
tejedores de sueños que recogían mitos y leyendas,
de las canciones ancestrales, de los evanescentes sortilegios,
del arrullo del tempestuoso mar o del canto de las ninfas del bosque,
para transmitirlos durante generaciones entre aquellos
que nos quisieran escuchar, sumidos en un embrujado deleite.
Y es ahora, en esta Era donde la magia se diluye
junto con la esperanza de las gentes,
cuando nuestro pulso ha de redactar con renovada pasión
y nuestra voz resonar más allá de los sueños.
Toma asiento y escucha con atención.
Siempre habrá un cuento que narrar.
sábado, 6 de agosto de 2016
Sueños perdidos
Cuando se despertó...
todo había cambiado.
Quiso comprender
que es lo que había pasado.
Quiso descubrir,
los abismos que brillaban.
Mucho más atrás,
de lo que ahora le atormentaba.
Quiso retroceder,
tomar el tiempo en sus manos.
Arcilla ardiente y hiel.
tiempo inútil, dedos viciados.
Y no pudo ser,
cuando ser está prohibido.
Ni pudo recoger,
todos sus añicos.
El mundo le escupió sin más, como los restos de un naufragio, enredados en un mar, de cada triste descalabro, que sufrió y sufrirá, remolinos de tristeza, y sueños que no cumplirá, vida oculta entre tinieblas.
Y escarbó, y escarbó.
Y escarbó y escarbó.
Y buscó y buscó.
Jamás la encontraría a ella.
... y él, no era él. No fue él. No era él.
... y él... ¡no era él! Jamás volvería a ser él.
El muro de cristal,
a través del que la contemplaba
no era ahora más que sal,
en cada herida no cerrada.
Recuerdos de papel,
mojados por la lluvia.
Esparcidos por doquier,
como páginas de una mente sucia.
Quiso despertar,
pero ya ni dormir podía.
Quiso volver a soñar,
sueños que destilaran vida.
Y no había nada, nada más,
que le mantuviera entero.
Ni esperanza de acabar,
ni de volver a empezar de cero.
Y escarbó, y escarbó.
Y escarbó y escarbó.
Y buscó y buscó.
Jamás la encontraría a ella.
... y él... no era él. No fue él. No era él.
¡Y él... no era él! Jamás volvería a ser él.
Volver a soñar los sueños perdidos.
Volver a soñar los sueños perdidos.
Volver y soñar. esos sueños perdidos.
Volver, sin más, a los sueños perdidos.
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